Granos de café natural, mezcla y torrefacto comparados visualmente en cucharas blancas sobre fondo de madera.

Que no te la cuelen: tipos de café y cómo reconocerlos

A veces uno piensa que va a comprar café y vuelve con un paquete de alquitrán aromatizado. El supermercado es una jungla, y si no sabes lo que compras, te acabas llevando cualquier cosa… menos café de verdad.

Aquí te explicamos cómo identificar el bueno, el feo y el torrefacto, para que la próxima vez no caigas en la trampa.

Café natural: el que sí quieres en tu taza

Este es el café que se tuesta sin añadirle nada raro. Solo el grano y calor. Así, el sabor original y los aromas del origen se mantienen a tope.

  • No tiene azúcar añadido.

  • Sabe a café, no a quemado.

  • Puedes disfrutar de sus matices reales: florales, afrutados, achocolatados…

¿Por qué preferirlo?
Porque si te gusta el café de verdad, sin disfraces ni maquillaje, este es el tuyo. Además, al no llevar azúcar caramelizado como el torrefacto, es más saludable y digestivo.

Café torrefacto: el que no te recomendamos (salvo para limpiar cadenas de bici)

Este tipo de café lleva azúcar añadido durante el tueste, lo que genera una capa negra brillante en los granos. Eso sí, de aroma y sabor... poca gloria y mucho carbón.

  • Sabor más amargo y denso.

  • Oculta la calidad del grano (porque suele ser baja).

  • Poco saludable si lo tomas a menudo.

Dato táctico:
Este método surgió para conservar mejor el grano durante épocas difíciles. Pero hoy, con refrigeradores y logística moderna, no tiene ningún sentido seguir tomándolo… salvo que te guste beber alquitrán.

Café mezcla: el “ni chicha ni limoná”

Este es un 50/50 (o menos, o más) entre café natural y torrefacto. Es como mezclar gasolina con agua bendita.

  • Más barato, sí.

  • Sabor intenso, pero muchas veces el torrefacto manda.

  • Es una trampa común en el súper: parece un buen trato, pero no lo es.

El problema:
La mayoría de mezclas llevan más torrefacto que natural, y eso aplana cualquier matiz. Si eres de los que disfruta el café, esto es como escuchar Metallica en un MP3 de 64 kbps.

Cómo saber qué estás comprando

  1. Mira la etiqueta:
    Si no pone nada, desconfía. Si pone “torrefacto”, déjalo donde está.
    Si dice “mezcla”, asegúrate de que el natural predomine (aunque no suele pasar).

  2. Fíjate en el grano (si puedes):

    • Brillante y negro → Torrefacto

    • Mate y marrón oscuro → Natural

  3. Huye del café molido sin información
    Si no te dicen origen, variedad, fecha de tueste… es que algo esconden.

¿Cuál es el café de los operadores?

El que te mantiene alerta sin reventarte el estómago.
El que te da sabor, sin añadir tres cucharadas de azúcar.
El que no necesitas esconder detrás de una tonelada de leche.

Ese es el natural, y si es robusta de calidad (como nuestros cafés), aún mejor para los que duermen poco y curran mucho.

Conclusión: no te la cuelen más

Que no te vendan gato por café. Elige bien, elige fuerte, y sobre todo: elige con cabeza.

Y si quieres probar lo que es un café natural de verdad, echa un ojo a nuestras variedades. Están hechas para gente como tú: que no se anda con chorradas.

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