Creadas en el año 92 como respuesta a los grandes incendios que asolaron España al final de la década de los 80 y primeros de los 90 se buscaba el reflejo del modelo americano (Hot Shots Crew) de brigadistas forestales, unidades altamente capacitadas, de personas con gran entrega y pasión por la naturaleza que, transportadas en helicóptero pudieran llegar rápidamente a donde más se les necesitaba. Una vez más, Hollywood sabe cómo mostrar la labor de sus héroes y tenemos un reflejo del encomiable trabajo de estas extraordinarias personas en la película “héroes en el infierno”.
Volviendo a nuestro país, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico mantiene 10 BRIF operativas: nueve BRIF con 60 personas y dos helicópteros y una BRIF B con unas 30 personas y un helicóptero.
Distribuidas por todo el territorio nacional, refuerzan a las Comunidades Autónomas que son las competentes en la materia. Esto no es impedimento para que puedan desplegar en todo el territorio nacional.
Pese a que en verano es la época de máximo rendimiento, estas brigadas están operativas todo el año (aunque en menor medida) y en el invierno se dedican al cuidado y mantenimiento de las zonas forestales para minimizar los daños de los eventuales incendios que se pueden producir en la época estival.
Hoy hablaremos de la BRIF A de Laza, y esta es su historia.
Verano de 2020, calor sofocante y una vez más la lacra de los incendios azotando el país. La BRIF A de Laza embarca en su helicóptero para actuar en la zona de Lobios (Orense), castigada año tras año por las llamas. Durante el transcurso en la aeronave observan un hidroavión en llamas, se había estrellado hacía escasos minutos. La tensión es máxima.
El helicóptero toma tierra y los brigadistas no pierden tiempo en ponerse en acción. La situación es crítica, toda la zona está rodeada de humo y llamas, y hay grave riesgo de que se produzcan explosiones en el hidroavión. Parte del equipo se afana en las labores de extinción mientras otra parte colabora con la dotación de otro helicóptero que está intentando rescatar a los dos pilotos del aparato.
Uno de ellos, de nacionalidad portuguesa, se debate entre la vida y la muerte mientras su compañeros intentan reanimarlo mediante RCP, el otro piloto, Salmantino, se encuentra grave pero en mejores condiciones y está siendo vendado y atendido por los propios miembros de la BRIF Laza.
Debido a la cantidad de incendios y operativos desplegados no hay helicópteros de rescate disponibles para tan urgente evacuación y es necesario requerir al PESCA (helicóptero de salvamento marítimo) proveniente del norte de Galicia. La situación es límite, pero los operarios de la BRIF luchan contra las llamas y en las labores de rescate de sus compañeros.
En el transcurso de estos hechos, y pese a los grandes esfuerzos hechos por todos los participantes en el rescate, el piloto portugués fallece.
Sin tiempo que perder, mientras la BRIF sofoca el incendio al PESCA que lleva al piloto salmantino se le niega el aterrizaje en el Hospital de Braga y se dirige a Viana do Castelo.
Al llegar allí es atendido de las graves heridas que sufre por los servicios médicos, la rápida actuación de los equipos de rescate ha permitido que llegue con vida al hospital.
Durante su estancia en el sanatorio, el piloto llama a la BRIF Laza con intención de visitarlos para agradecer haberle salvado la vida y el enorme esfuerzo realizado. Lamentablemente, debido a las graves heridas sufridas en el accidente aéreo, el piloto falleció a las pocas semanas en su casa.
Desde DFC queremos agradecer el enorme sacrificio de todo el personal que interviene año tras año en proteger nuestros bosques y nuestras vidas de los incendios forestales y de los desalmados que prenden fuego intencionadamente a nuestro patrimonio ecológico.
Gracias héroes por vuestro servicio.